Peter Higgs, el renombrado científico británico, fue fundamental en la revolución de la física moderna con su descubrimiento del bosón de Higgs, una partícula subatómica que desempeña un papel crucial en la teoría del Modelo Estándar. Falleció a la edad de 94 años luego de una breve enfermedad, según informó la Universidad de Edimburgo en un comunicado.
Higgs, nacido el 29 de mayo de 1929 en Newcastle, Inglaterra, se destacó desde temprana edad en el ámbito académico, especializándose en matemáticas en el prestigioso Colegio City of London y posteriormente graduándose en Física con excelentes calificaciones en el King’s College de Londres. A lo largo de su carrera, ocupó cargos destacados en varias universidades, siendo catedrático de física teórica en la Universidad de Edimburgo a partir de 1960.
Su contribución más destacada fue la formulación de la teoría sobre el campo de Higgs, que postula la existencia de una partícula, el bosón de Higgs, responsable de conferir masa a otras partículas subatómicas. Esta teoría fue corroborada en 2012 por los experimentos realizados en el CERN, lo que confirmó su relevancia en la comprensión fundamental de la materia en el universo.
A pesar de la popular denominación «Partícula de Dios», Higgs, quien se identificaba como no creyente, expresó su descontento con ese nombre. Sin embargo, reconoció que la ciencia y la religión podrían coexistir de manera compatible.
El legado de Peter Higgs trasciende su descubrimiento científico, siendo reconocido con numerosos premios internacionales, entre los que destacan el Premio Nobel de Física en 2013, compartido con Francois Englert, así como el Premio Príncipe de Asturias de Investigación Científica y Técnica.
Su fallecimiento marca el final de una vida dedicada al avance del conocimiento científico, dejando un impacto perdurable en el campo de la física moderna y la comprensión del universo.
