La Casa Blanca, a través de su consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, condenó enfáticamente el uso de la fuerza durante la irrupción de policías ecuatorianos a la Embajada de México en Ecuador con el propósito de detener al ex vicepresidente Jorge Glas. Sullivan expresó su desaprobación por esta violación de la Convención de Viena sobre Relaciones Diplomáticas, destacando que el gobierno ecuatoriano había ignorado sus obligaciones bajo el derecho internacional como estado anfitrión al no respetar la inviolabilidad de la misión diplomática mexicana.
Además, Sullivan subrayó que la situación había puesto en peligro los fundamentos de las normas y relaciones diplomáticas básicas, instando a Ecuador a trabajar con México para resolver la disputa diplomática de manera pacífica y diplomática. La Casa Blanca acogió con satisfacción las reuniones previstas en la Organización de los Estados Americanos (OEA) para ayudar a alcanzar una solución a esta crisis.
Estas declaraciones se producen después de la crítica del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, hacia la posición de Estados Unidos y Canadá frente a la crisis diplomática, así como la ausencia de una respuesta directa del presidente estadounidense, Joe Biden. La condena de la Casa Blanca representa una postura más firme en comparación con las declaraciones anteriores sobre el incidente en la embajada mexicana en Ecuador.